VAZQUEZ ABOGADOS ASISTENCIA DETENIDO 609610197

El coche estaba en medio de la calle, con el motor arrancado y las luces encendidas. Y el conductor, dormido sobre el volante. Al encontrarlo en esta situación, los agentes le hicieron la prueba de alcoholemia. El hombre, que tiene unos 40 años, acabó imputado después de triplicar con creces el máximo permitido.

Ocurrió hace unos días en Málaga capital. Una patrulla de la Policía Local se topó con un automóvil que ocupaba el carril derecho de una calle del polígono industrial de San Luis. Aparentemente, no se trataba de una doble fila, ya que eran las cinco de la madrugada y había aparcamientos libres.

Los agentes se bajaron del coche patrulla y se aproximaron al turismo. Al asomarse por la ventanilla, observaron al conductor con la cabeza apoyada sobre el volante, según confirmaron fuentes policiales. El hombre estaba dormido. Se despertó en el que momento en que los policías abrieron su puerta.

Los funcionarios apreciaron que presentaba signos de haber bebido. Le indicaron que debía someterse a la prueba de alcoholemia, para lo que tenía que acompañarles a las dependencias del Grupo de Investigación de Accidente de Tráfico y Atestados (GIAT). El conductor accedió voluntariamente, por lo que su vehículo quedó inmovilizado en el depósito.

Los policías le repitieron dos veces la prueba de alcoholemia. Dio un resultado de 0,86 miligramos por litro de aire espirado, por encima del triple del máximo permitido, cuyo límite genérico es 0,25. Los agentes le imputaron un presunto delito contra la seguridad vial. Según las fuentes, en su historial consta otra reseña por este mismo motivo que data del año 2008.

 

Precedente

En la provincia ya hay un precedente de un conductor que se quedó dormido sobre el volante con el coche arrancado y en mitad de la calle. Ocurrió en 2010 en Vélez-Málaga. En aquella ocasión, el conductor, un hombre de 38 años, acabó detenido, ya que, además, fue incapaz de soplar para hacer la prueba de alcoholemia debido al grado de intoxicación etílica que presentaba.

Una patrulla de la Policía Local veleña fue alertada de la presencia de un coche que estaba parado en medio de la calzada, en un cruce entre dos calles. Tenía el motor arrancado y el conductor estaba reclinado hacia delante, con la cabeza apoyada sobre el volante. Los agentes consiguieron despertarlo después de varios intentos. Al parecer, apenas podía hablar y lo que decía resultaba prácticamente ininteligible.